viernes, 13 de enero de 2017

Aprovechando para instalarnos en el momento presente


Hay momentos corrientes en nuestra vida en que, de una manera insidiosamente sutil, se van infiltrando pensamientos que camuflan muy bien su carácter destructivo y antes de que nos demos cuenta, estamos prisioneros  en una dimensión irreal que para nosotros (durante esos momentos) es  veraz y autentica. Provocado, en nosotros, un estado de embotamiento, mientras la corriente invisible de pensamientos negativos, nos conduce hacia sombrías oscuridades sin que nos demos cuenta.

En esos momentos olvidamos completamente que se debe a carencias de energía en nuestro cuerpo de energía, o/y se debe también a un nivel de estrés en menos en la escala Hartmann 2012.

Lo extraordinario ocurre cuando durante en un resquicio de claridad consciente nos damos cuenta y pasamos a la acción, para salir de esos estados, los cuales, en realidad, se nos presentan una oportunidad para evolucionar.

Esta mañana me ha ocurrido una situación de estas,… y… cuando estaba sintiendo la opresión de miedos, dudas, desganas, apareció a través de la niebla fría que provocan el miedo y el estrés, un hueco diminuto de luz transparente. El cual me ha permitido en un instante conectar con el estar agradeciendo  y como un alud han aparecido tantas cosas por estar agradecido, toda una serie de emociones positivas me ha embargado. Mi vida desde ese momento, mi día, es completamente diferente, está acompañado de sonrisas, de bienestar, de ilusiones.

Estos momentos, que en lenguaje coloquial plasmamos literalmente, de “bajón”, en realidad se nos presentan como una oportunidad de evolución espiritual, como un regalo, para aprender y generar reacciones diferentes ante una situación dada.

Es sobre todo una carga de seguridad maravillosa que nos embarga de fe; la pasión por lo posible, y vemos al mundo con nuevas miradas plenas de brillos, transparencias, sonrisas y esperanza.

Guillermo Peña A.
www.visionevolucion.com

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