martes, 8 de noviembre de 2016

La miopía en el mundo




Resumen del artículo de David Robson en BBC Future 19 enero 2015

¿La miopía es genetica?

La idea de que la mala vista es principalmente genética nunca me convenció.

 Investigaciones recientes sugieren que estas asunciones son erróneas. Factores ambientales de la vida moderna pueden tener una influencia en el asunto. Y con unas pocas medidas preventivas, podría evitarse que muchos niños sufran.

La miopía es una especie de epidemia: entre un 30% y 40% de la población de Europa y Estados Unidos. Y esa cifra alcanza el 90% en algunos países de Asia.

De hecho, investigaciones llevadas a cabo con esquimales en Canadá deberían haber resuelto esa cuestión hace unos 50 años.
La alfabetización pudo tener que ver con el incremento de la miopía, pero no lo explica todo. "La miopía es una enfermedad industrial", dice Ian Flitcroft, del Children's University Hospital de Dublin, en Irlanda.

Fue sólo después de que se diera un cambio en el entorno cuando el problema comenzó a emerger. Son muchos los que ahora argumentan que es el tiempo que hemos permanecido bajo techo lo que tiene peso en el deterioro de la vista.
Estudio tras estudio, desde Europa, pasando por Australia y hasta Asia, se ha hallado que la gente que pasa más tiempo al aire libre es mucho menos propensa a desarrollar miopía que aquellos que permanecen la mayor parte del día entre cuatro paredes.

Luz natural

Una de las explicaciones más populares es que la luz del sol nutre en cierta forma los ojos.
La luz solar estimula la producción de vitamina D, que es responsable de un sistema inmunológico y cerebro sano, y también podría regular la salud ocular.

Una idea más aceptada es que el sol provoca la liberación de dopamina, un neurotransmisor que actúa en los ganglios basales del cerebro. La miopía es causada por un crecimiento excesivo del globo ocular, lo que hace más difícil enfocar una imagen en la retina. Y la dopamina parece ayudar precisamente en esto.

Cuestión de color

Lo de la buena vista también podría ser una cuestión de color.
Las longitudes de onda verdes y azules se concentran en la parte delantera de la retina, mientras que la luz roja alcanza la parte posterior.
Como la iluminación de los interiores tiende a ser más rojiza que los rayos de sol, el desajuste podría confundir los mecanismos de control del globo ocular.

"Esto le dice al ojo que no está enfocando bien y que, por tanto, debe crecer y compensar el desajuste de alguna manera", dice Chi Luu, de la Universidad de Melbourne, en Australia.

La exposición a la luz natural puede hacer una diferencia importante para la salud visual.

Por su parte, Flitcroft cree que el problema radica en el desorden de objetos que nublan nuestro campo visual.

"Si fijas la vista en una pantalla de ordenador, todo lo que está detrás de ella queda desenfocado a una gran escala".

        www.visionevolucion.com

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