lunes, 26 de septiembre de 2016

Ojo Vago. Rehabilitación de la vision. Testimonio de Esther

testimonio septiembre 2016


testimonio mayo 2016

                       Tenemos dos tipos de visión: central y periférica, que guardan cierta semejanza con la luz enfocada y la luz difusa.


La visión central se usa para trabajos precisos como la lectura, en la cual nuestros ojos enfocan una pequeña superficie tras otra como si fueran reflectores.

La visión periférica es menos consciente, menos brillante que el intenso rayo del reflector. La usamos para ver de noche, y para tomar nota "subconscientemente" de objetos y movimientos que no se hallan en la línea directa de nuestra visión central. A diferencia de la luz del reflector, puede abarcar varias cosas al mismo tiempo.

Hay, por tanto, una analogía —y acaso algo más que una mera analogía— entre la visión central y el pensamiento consciente, que procede por una sucesión de tomas instantáneas, y, por otra parte, entre la visión periférica y ese misterioso proceso que nos permite regular la increíble complejidad de nuestros cuerpos sin pensar en ello para nada.

 Hay que hacer notar, además, que llamamos complejos a nuestros cuerpos porque tratamos de comprenderlos en base al pensamiento lineal, con palabras y conceptos.

 Pero la complejidad no está tanto en nuestros cuerpos como en la tarea de comprenderlos a través de ese medio del pensar.

 Es como tratar de distinguir los detalles de una gran sala iluminándola solamente con un rayo brillante. Algo tan complicado como tratar de beber agua con un tenedor en lugar de una taza.

Alan Watts




www-visionevolucion.com

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