martes, 30 de agosto de 2016

La agitación interior se alimenta de sí misma.


Sentirse agitado, ansioso, deprimido, conlleva y se retroalimenta de pensamientos preocupantes, repetitivos.

Estamos convencidos que estos pensamientos están al mando.

Que es inevitable.

El resultado es sentirnos fuera de control y experimentar miedo en diferentes grados.

 Nos parece imposible salir de la confusión, lo que conduce a una espiral de impotencia.

Estas situaciones nos disminuyen, enferman, y afectan a nuestra capacidad de visión.

El estrés produce estos estados de confusión y constituye uno de los factores determinantes de la Astenopia (estrés, fatiga, visual), una de las pandemias globales que afectan a las sociedades actuales.

Estos elementos de confusión desaparecen cuando nos liberamos del estrés.

Guillermo Peña A.

  



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