viernes, 5 de diciembre de 2014

Esta vida es tuya si le das la tuya.


Nuestro regalo es la Vida, que en cada momento es una escuela para la educación del alma;  presenciar y darnos cuenta de nuestra amorosa unidad.


En el fondo es un plan de estudios básico invisible con un gran propósito: ayudar a darnos cuenta de que detrás de cada una de las lecciones de vida  habita un ser divino que quiere ser uno con su vida.

Cuando entendemos que se presentan (estos momentos) en nuestro camino de vida para ayudarnos a aprender más sobre la naturaleza eterna del amor.
 Con este entendimiento nos hacemos conscientes de que todo lo que ocurre en nuestra vida nos ha llegado no como algo establecido en contra de nuestros intereses, sino para ayudarnos.

A medida que nuestra vista mejora empezamos a despejar nuestra visión interior, y vemos que todas las cosas vienen a nosotros por el bien y para aumentar nuestra confianza en esta llama de amor.

Al empezar a ver mejor, distinguimos su luz y vemos cada vez con más  claridad que nada nos sucede que no sea parte de nuestra preparación para trascender sobre quiénes y lo que hemos sido.


Nuestra convicción;  la Verdad se mueve más allá de toda duda, y nuestra confianza crece porque hemos encontrado lo que hemos estado buscando durante toda nuestra vida.

  A partir de este momento, nuestro trabajo interior es practicar para ser uno con esta Luz, cuyo amor ha hecho posible nuestro despertar.

 Algunos lo llaman “iluminación”; el reino de  alegría.


Guillermo Peña A.

                             www.entrenandolavista.com

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