Las predisposiciones cognitivas afectan y condicionan nuestra visión,
entre otras cosas.
Es una expresión usada
para describir alteraciones en la mente humana
o atajos que son moderadamente
difíciles de eliminar y que llevan a una distorsión de la percepción, a una
distorsión cognitiva, a un juicio impreciso o a una interpretación ilógica.
Cuando van acompañadas de creencias automatizadas resultan
desde todos los puntos de vista, nefastas.
Un ejemplo sucedido recientemente en un taller un hombre de 54
años (vamos a llamarle Vicente) me comenta que ante la presbicia (vista
cansada) hay que resignarse.
Le pregunto – y ¿Por qué hay que resignarse?
Me contesta, porque es cuestión
de la edad, nos vamos haciendo viejos…
Le pregunto ¿Conoces o has conocido a alguien que tenga una
edad avanzada y sea capaz de leer sin necesidad de usar gafas?
Me responde…claro que sí, sin ir más lejos… mi madre tiene 91 años y lee perfectamente
sin necesidad de gafas, de hecho tiene una vista estupenda.
Le pregunto ¿Por qué crees que tu madre tiene una vista
excelente con 91 años y tu, su hijo, necesita gafas con aumentos para leer?
Me responde, porque mi
madre vive en el campo, no tiene teléfono, tablet, ordenador y está siempre
haciendo cosas al aire libre.
Entonces ¿a qué crees que se debe el hecho de que tu tengas la
vista cansada?
Me responde, a la vida
ajetreada que tengo, a las responsabilidades, al uso de aparatos digitales, me
levanto por las mañanas enfadado.
Le pregunto entonces… ¿Cuál crees que es la causa de tu
presbicia?
Me responde, hombre viéndolo
así, se debe a esta vida que llevo con la cabeza siempre pensando y la vida tan
diferente a la que lleva mi madre.
Su proceso mental es lógico y coherente, el análisis, justo.
Pasa el rato, seguimos con el taller de Visión Evolución, y lo
veo que entabla conversación con otra persona y escucho que está diciéndole a
la otra persona, nada, que nos estamos
haciendo mayores, que se le va hacer, es
cosa de la edad.
Al decirnos y escuchar este tipo de predisposiciones cognitivas
(acompañadas de creencias limitativas) de las demás personas condicionamos y
programamos a nuestro cerebro para que se ponga en marcha y haga lo que se le está
repitiendo y programando.
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