El cerebro,
por medio de su ventana principal al mundo –los ojos–, nos muestra una imagen
sencilla y ordenada del mundo que nos rodea.
Esta
creación que realiza nuestro sistema nervioso la compartimos, en mayor o menor
medida, casi todos.
Las bases de todo aquello que llamamos realidad están en la
luz que choca en nuestras retinas y viaja por el nervio óptico en forma de
impulso nervioso, para hacer sinapsis en el núcleo geniculado del tálamo
–estructura que podríamos considerar una especie de peaje cerebral en el que se
realizan un gran número de sinapsis– hasta llegar a nuestra corteza visual
primaria en el lóbulo occipital
. Pero sería un error creer que este circuito,
estas tres sinapsis, son las que confieren el sentido al mundo en que vivimos.
Lo que hace que no vivamos en un mundo caótico o fragmentado, es la función de
gnosis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario