La visión y la postura corporal están íntimamente entrelazadas.
La visión y la postura es una función que está en constante intercambio de
imágenes y tensión.
La cabeza alberga los ojos, el cuello, y el cuerpo responde a lo que ven
los ojos, entre ambos debería haber una sinérgica conexión de equilibrio con
los patrones de luz visuales, y con la gravedad.
A menos que el organismo establezca
un equilibrio balanceado, los receptores
visuales son propensos a desencadenar señales neuronales distorsionadas.
Por lo tanto una de
las primeras respuestas del organismo a un patrón de luz es compensar los ojos,
el cuello y el cuerpo hasta que haya una cantidad igual de la luz en cada
retina
El equilibrio del organismo con la luz y la gravedad
produce retroalimentación recíproca entre los ojos, el cuello y el tronco, ya
que cada parte intenta equiparar su actividad con la otra.
Esa retroalimentación proporciona al organismo la oportunidad óptima de libertad
postural para llevar a cabo lo que sea necesario para hacer frente a la tarea
en cuestión.
La corteza visual ocupa una cuarta parte
de todo el cerebro y un total del 90% de la información sensorial del cerebro
proviene de fuentes visuales.
Los trastornos visuales específicos se
corresponden con movimientos análogos específicos y contracciones en el cuerpo.
La evolución del ser humano
entrelaza la dinámica visual y postural, como un sistema, no es diferente de
otros sistemas superpuestos, como circulación y la respiración, por ejemplo.
Por ejemplo la vista cansada (Presbicia)
afecta a la estructura ósea de la cintura escapular y la escápula. Esto se
muestra como si la persona llevara una carga invisible en las espaldas y
hombros.
Visión
Evolución apoya con diferentes técnicas corporales, respiratorias, de equilibrio, a que el cuerpo encuentre un
estado de equilibrio relacionado con la visión.
Guillermo Peña A.
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