Una forma segura de saber si reaccionas con negatividad sobre
algo que te ha pasado... es cuando no puedes dejar de pensar en ello, reviviendo
algún pensamiento que simplemente no se detiene.
Cualquier pensamiento acerca de un suceso pasado que no puedes
dejar ir a través de tu mente... es que está en su propia carrera; corriendo
hacia adelante tratando de cruzar alguna supuesta línea de meta donde se
imagina que finalmente descansará, para finalmente correr más rápido,
desbocado, por su propio estado de agitación.
Cada vez que recordamos los errores del pasado, los revivimos,
no vamos a solucionar nada, y si vamos a salir de este proceso impregnados de
dolor.
Además para nuestra neurología esto es real, está ocurriendo y si se
repite, como conlleva contenido emocional, va a generar patrones de hábitos que
van a impedir una entrada más amplia de luz, limitando nuestra visión.
Estos pensamientos recurrentes, estos viajes mentales al
pasado doloroso, claramente no existen en el aquí y el ahora. Sin embargo,
nuestro organismo está generando una lectura tan real como si estuviese pasando
en el momento presente.
Dentro de nuestra mente persiste un número incalculable de
imágenes almacenadas. Estas imágenes mentales incluyen escenas completas de
todas las experiencias anteriores, las sensaciones, las emociones y el estrés
que acompañaron a la persona en el momento de su creación.
En VISION EVOLUCION
aprendemos a incorporarnos como una unidad verdadera.
En este estado, ninguna tormenta mental, ningún oscuro
sufrimiento emocional, nos pertenece.
No podemos vivir castigados por cualquier pensamiento doloroso
cuando estamos cimentados en el momento presente.
La razón de esta
protección perfecta es tan pura como simple: las tormentas psicoemocionales se
encuentran impotentes para empujar sus
fuerzas divisorias y destructivas en el regazo espiritual del ahora.
Nuestra verdadera naturaleza habita más allá del alcance de cualquier tormenta autodestructiva, y
nuestra visión está esperando a que se disuelvan esos diques abrumadores para
inundarnos de luz y claridades.
Guillermo Peña A
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