Millones de personas ingieren medicamentos todos los días
sólo para hacer frente a la vida diaria.
Millones de
personas usan gafas para desenvolverse con seguridad en la vida diaria.
Hay un factor sobre el que menos se le presta atención y
es uno de los más fundamentales; el hígado, el cual está íntimamente relacionado
con los ojos.
Cuando nos auto juzgamos generamos emociones que agobian
literalmente a nuestro hígado, la gran mayoría son enfados y proyecciones de
rabia o ira, y las consecuentes sensaciones de frustración, cuyos efectos
colaterales son la inseguridad, la ansiedad y la depresión (patologías muy
comunes en nuestra sociedad)
¿Qué podemos hacer?
La solución es
directa, eficaz; dejar de juzgar y evaluarnos por completo.
Dejar de etiquetarnos, a nosotros mismos, como "buenos"
o "malos", simplemente aceptarnos a nosotros mismos, con el corazón
abierto.
Tratarnos, a nosotros
mismos, con la misma amabilidad, cariño y compasión, como lo hacemos con un
buen amigo, o incluso con un extraño.
Cambiamos el concepto de machaque “auto juzgarse” por el de; “auto
compasión”
Primero, desarrollaremos la “auto-bondad”, somos empáticos y comprensivos con nosotros mismos,
en lugar de muy críticos y sentenciosos.
Segundo, vamos a sentirnos más conectados con los demás.
Tercero, dejando de ignorar nuestro dolor o exagerarlo.
Si queremos mejorar nuestra vista, debemos disolver los
hábitos de auto-critica de toda la vida,
permitamos que la vida sea como es, y abramos nuestro corazón a nosotros
mismos.
Es más fácil de lo
que piensas, puede cambiar a mejor tu vista… y… tu vida!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario