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Desalojar los miedos.
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Disolver cualquier grado de estrés, ansiedad, o
emociones contraproducentes, como por ejemplo el enfado, bien conocido es el
dicho “la rabia ciega”.
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Para entrenar evitar objetos que tienen
iluminación y cualquier fuente de luz, como la luna, las
farolas.
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Darse el tiempo suficiente para que los ojos se
acostumbren a la oscuridad. Se tarda unos 25 minutos para que nuestros ojos
sean capaces de adaptarse totalmente a oscuras. Evitar toda fuente de luz
brillante, ya que pueden obstaculizar el proceso de adaptación.
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Utilizar la visión periférica.
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Intentar
la búsqueda de formas, contornos y el movimiento.
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Si utilizas gafas estas deben estar súper limpias.
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Los pilotos de la Fuerza Aérea Real británica
durante la Segunda Guerra Mundial se les enseñó a comer mermelada de arándano
en su tostada para mejorar la visión nocturna. El arándano es rico en
antocianósidos, una forma de flavonoide que ayuda a regenerar los pigmentos de
color púrpura en el ojo que se utilizan para ver en la oscuridad.
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Evitando ingerir azúcar, beber alcohol y fumar
ayuda a mejorar la visión nocturna. La nicotina y el efecto hipóxico de
monóxido de carbono reducen su visión nocturna. Hay estudios que muestran que
los fumadores son 2 veces más propensos a los accidentes nocturnos que los no
fumadores.
Si entrenas los ojos para ver en la oscuridad, con el
tiempo, verás una mejora significativa.
Guillermo Peña A.
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