“El
único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada”.
Goethe.
Es igualmente pertinente mantener un ojo despierto con
el tipo de amigos con los que nos rodeamos, como el ser conscientes del círculo
de "amigos" que guardamos dentro de nosotros (nuestros propios
pensamientos y sentimientos).
El contenido existente en nuestras memorias,
programaciones y procrastinaciones, en gran parte invisible en nuestra mente y
corazón, hace que nos sintamos atraídos por ciertos tipos de personas y
acontecimientos, además de servir como agente de atracción para aquellos que
quieren estar a nuestro alrededor.
La experiencia personal
corrobora la verdad de dos de los axiomas más antiguos de la humanidad:
Nuestro
interior determina nuestro exterior.
Nos
parecemos a aquellos con los que nos reunimos.
La gran mayoría de nosotros no hemos tenido
suficiente tiempo para pensar en cómo la naturaleza de nuestros pensamientos y
sentimientos determina el tipo de compañía que mantenemos. La verdad que
conlleva esta idea toca nuestras vidas de formas inimaginables.
Lo que somos ahora, y el tipo de vida que llegaremos
a experimentar, está determinado por las
informaciones que mantenemos en nuestro interior.
¿Qué hacer entonces?
debemos
estar dispuestos a ver la verdad en nosotros mismos, Goethe escribió; “Cuando el hombre no se
encuentra a sí mismo, no encuentra nada”.
Las cosas que ponemos en primer lugar en nuestra vida, nuestras elecciones son un reflejo directo de lo que
más valoramos en ese momento.
Es necesaria una disposición a observar-nos conscientemente
y ser honestos sobre el círculo de "amigos".
Poner el
deseo de ver la verdad delante de nosotros mismos antes que el acto de tratar de ganar lo que
nosotros queremos, pronto nos daremos cuenta de que la mayoría
de nuestros deseos y sus demandas no son los amigos que pretenden ser.
La elección de
mantener la empresa de la Verdad es lo mismo que elegir a perder todos los
"amigos" falsos que actualmente nos limitan.
Si
queremos empezar a cambiar nuestro interior, elijamos conscientemente más conciencia
y cuanto más tiempo pasemos en compañía de la verdad, de ideales elevados, más
la vida de estas verdades eternas se convertirá en la nuestra propia.
“La
verdad es como un inmenso árbol que brinda más y más frutos cuanto más se lo
nutre”
M.
Ghandi.
Guillermo Peña A.
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