El estrés y cansancio combinados con la carencia de
felicidad acentúan los problemas de la vista comunes, los cuales son ya una
pandemia social.
Una de las mayores necesidades para resolver problemas comunes
de la vista estriba en que las personas se nutran de una energía claramente
positiva llamada FELICIDAD.
Para ayudarnos a mejorar
la vista debemos experimentar la felicidad como parte indisoluble de nuestro día
a día. Si queremos que esto se haga a nivel masivo debemos orientarnos en la educación
y darle la vuelta a la tortilla a algunos conceptos prevalentes.
Conseguir un trabajo para un estudiante es conseguir el éxito, una predisposición
cognitiva arraigada en nuestra sociedad actual. Por ello el sistema educativo
actual orienta a los estudiantes hacia ese objetivo cuya misión es prepararlos
para la competitividad global.
Varios estudios han
encontrado que la salud emocional de la niñez es lo más importante para una
vida equilibrada en el periodo adulto así que el grado en que nos sintamos felices
es nuestro índice de éxito como adultos y no la carrera hacia el éxito
académico.
Por supuesto, conseguir un trabajo es una parte importante
y prioritaria en la edad adulta. Pero cualquier adulto sabe que hay mucho más
en la vida que el trabajo. Los científicos han determinado que experimentando
emociones positivas y tener un sentido con significado, tanto en nuestro
trabajo como en nuestra vida personal es esencial para nuestro bienestar.
Definimos la felicidad como "la experiencia de la
alegría, la alegría o bienestar positivo, combinada con una sensación de que la
vida es buena, significativa y que vale la pena." Una vida feliz por lo
general se compone de una combinación de emociones positivas y significado.
El programa desarrollado por Ilka Wandel llamado SOQUAKI
muestra que las emociones juegan un papel integral en la educación, que afecta
a la motivación de los alumnos, la atención, el funcionamiento social y la toma
de decisiones éticas. Por ejemplo, el disfrute del aprendizaje motiva a los
estudiantes a aprender y ser creativos, mientras que la desmotivación sólo
disminuye las ganas de aprender y la creatividad.
El estrés y la ansiedad
disminuyen la capacidad de los estudiantes para resolver sus problemas y sus
capacidades mentales.. Por lo tanto, la creación de aulas seguras, cariñosas, y
diseñar lecciones participativas, las cuales promuevan emociones positivas en
los estudiantes, debe ser prioritario en la agenda de un maestro.
Los educadores deben reconocer y validar las vidas
emocionales de los estudiantes y ayudarles a trabajar con todas sus emociones
de una manera rica y equilibrada. De esta manera, los maestros están
promoviendo la salud emocional de los estudiantes, que es fundamental para la
felicidad.
Los investigadores han encontrado que los estudiantes ven
la conexión entre su trabajo escolar y sus futuras metas de trabajo al
encontrar más significado en lo que están aprendiendo.
Conectar con momentos de felicidad y agradecimiento es un síntoma
de salud mental, física y espiritual.
Guillermo Peña A.
VISTA
PROCESOS
DE CAMBIO & EFT – EMO